Este 7 de julio la noticia de la muerte de la panda Shuan Shuan en el Zoológico de Chapultepec conmocionó a todo el país y el mundo, pues se trataba de la panda más longeva fuera de China.
La panda Shuan Shuan vivió 35 años, 20 años más que el promedio de vida de los osos pandas en su hábitat natural, por lo que fue considerada la panda más anciana en cautivadora y fuera de su país natal.
La vida de Shuan Shuan fue un orgullo para el país y los especialistas en esta especie de oso en el Zoológico de Chapultepec, pues fue el resultado del exitoso trabajo de conservación de pandas fuera de China.
Cabe recordar que los osos panda llegaron a la Ciudad de México hace casi 47 años, como parte de un intercambio cultural y de amistad con la República Popular de China y México, con el principal objetivo de lograr la reproducción de este tipo de especie en cautiverio.
El linaje de la panda Shuan Shuan del Zoológico de Chapultepec
Los primeros pandas gigantes en México fueron Pe Pe y Ying Ying, quienes se reprodujeron logrando el nacimiento de siete crías en el Zoológico de Chapultepec, incluyendo a Shuan Shuan, su séptima cría.
El nombre de Shuan Shuan significa “doble-doble”, pues la panda tenía un hermano gemelo, sin embargo, éste murió igual que otras tres crías de la primera pareja de pandas en la CDMX.
Shuan Shuan nunca pudo tener crías, así que su muerte marca el inicio del fin de un linaje de pandas gigantes que inició en 1975 en México y que se convirtió en una de las principales atracciones del zoológico capitalino.
A Shuan Shuan le sobrevive su sobrina Xin Xin, de 32 años de edad, quien es hija de Tohuí, primera cría de la pareja original, y el macho Chia Chia. Ahora Xin Xin es la única panda sobreviviente en el Zoológico de Chapultepec.
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Las pandas de México, únicas fuera de China
Las pandas gigantes de Chapultepec llegaron a México en 1975, sin embargo, tras la declaración de la especie en peligro de extinción en 1980 y el cambio de la política en 1984, China decidió establecer que todos los pandas que salieran del país o nacieran en el extranjero, seguirían formando parte de su patrimonio.
Fue así que todos los zoológicos del mundo estuvieron obligados a entregar los ejemplares o cuidarlos hasta que cumplieran 4 años, para continuar con el programa de reproducción en China, estamento que no aplicó, por su temporalidad, en México.